Algunas personas creen erróneamente que beber alcohol les permite dormir plácidamente porque roncan cuando duermen.
Sin embargo, la verdad dista de ello, ya que el sueño se ve alterado porque el alcohol modifica los procesos químicos del cuerpo que son necesarios para un sueño profundo.
Se sabe que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central; lo que quiere decir, que hace que la actividad cerebral disminuya. Su consumo moderado puede inducir a la relajación y somnolencia, pero un consumo excesivo afecta la calidad del descanso y aparición de trastornos del sueño.
La apnea obstructiva del sueño, que es un trastorno del sueño, se presenta cuando las vías aéreas se estrechan u obstruyen durante el sueño, causando una pérdida temporal e interrupción de la respiración. En el intento por respirar, se producen los llamados ronquidos cuando duerme. Esta obstrucción en la respiración causa interrupciones del sueño, donde la persona despierta, reanuda la respiración y vuelve a dormir disminuyendo así la calidad del sueño.
Los estudios han demostrado que el consumo de alcohol puede exacerbar los síntomas de la apnea del sueño. Esto sucede porque el alcohol hace que los músculos de la garganta, úvula y lengua se relajen cayendo sobre la vía aérea, lo que a su vez crea más resistencia durante la respiración. Esto genera el efecto del ronquido que se traduce en un esfuerzo del organismo por ingresar oxígeno mientras duerme lo que incrementa las apneas, provocando a su vez una disminución del oxígeno en la sangre.
Beber alcohol de cuatro a cinco horas antes de dormir hace que los ronquidos empeoren, es una realidad. Para disminuir los ronquidos es necesario limitar el consumo de alcohol. Por eso, se recomienda evitar beber a partir de las 18 horas, como una medida que se puede adoptar para reducir la incidencia de la apnea del sueño y ronquidos.
Además de la prevalencia de ronquidos y apnea; es importante mencionar que el alcohol provoca un descanso de baja calidad, con interrupciones nocturnas (sueño fragmentado) y beber alcohol antes de acostarse puede contribuir a la supresión del sueño REM1 durante los dos primeros ciclos de sueño.
Debido a que el alcohol puede reducir el sueño REM y causar interrupciones del sueño, las personas que beben antes de acostarse a menudo experimentan síntomas de insomnio y se sienten excesivamente somnolientas al día siguiente. Y cuanto más se beba antes de acostarse, más pronunciados serán estos efectos. Las interrupciones en el sueño REM pueden causar excesivo sueño, falta de concentración y aumentar el riesgo de accidentes.
Por eso, se aconseja disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, no obstante, lo más conveniente sería acabar con el consumo de estas sustancias en su totalidad para así garantizar el sueño reparador que toda persona requiere para un rendimiento adecuado durante sus jornadas diarias.
Se debe recalcar que la relación del ronquido con un sueño profundo es un error y no debe ser normalizado. Todo lo contrario, debe ser considerad un signo de alerta que es importante de detectar y tratar pronto dado que sus efectos aumentan el riesgo de padecer infartos, hipertensión, e incluso, la muerte.